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W-Sitting: Una postura que debe corregirse en la primera infancia.


Muchas veces a lo largo del día corregimos a los niños su postura al sentarse.

Algo nos indica que la posición que adoptan habitualmente para jugar mientras construyen o leen en el piso (rotando las piernas hacia atrás hasta formar una W) no es afortunada para ellos.

A pesar de las diferentes tendencias que indican que nada podría pasarles, lo cierto es que hay una serie de inconvenientes a posteriori que pueden evitarse con nuestra simple intervención.

Al tomar la posición de W-Sitting (nombre científico de tal posición en fisiopediatría), ocurren algunos fenómenos físicos perjudiciales:

La rotación de la cadera: al mantener esta posición, la parte interna de las piernas recibe una presión excesiva. Además, acorta los músculos estabilizadores de la pelvis y la cadera, fomentando como consecuencia las contracturas a este nivel y la alteración de la marcha.

La rotación de rodillas y tobillos: esta presión excesiva supone también contracturas en los músculos de dichas articulaciones. Esto puede conllevar dolor más adelante, incluido dolor lumbar.

Pobre desarrollo de la musculatura “central”: la musculatura abdominal y de la espalda es fundamental para una buena postura y un buen desarrollo del movimiento.

Afecta al desarrollo motor: al limitar las rotaciones de tronco y las transferencias de carga de un lado al otro, dificulta el alcance, así como la aparición de reacciones de enderezamiento y equilibrio, y el paso de la línea media de las extremidades superiores

Tales efectos repercuten de manera directa en el desarrollo motor de los niños.

Retraso en el control postural y estabilidad
Durante la “W-sitting”, tal y como hemos dicho se amplía la base de sustentación del niño, por lo que el niño necesita menos cambios de peso, menos control postural y de la estabilidad.

A los niños que aún no han desarrollado reacciones de equilibrio maduras les resulta mucho más fácil mantener esta posición durante el juego, debido a que las caderas y el tronco están fijas y no deben trabajar mucho. Por lo que aquellos niños que adoptan esta posición de manera habitual pueden presentar un retraso en el desarrollo del control del tronco y el equilibrio, debido a que la W-sitting permite al niño estar colocado en una posición erecta, donde los músculos del tronco no tienen el reto de moverse y las reacciones de equilibrio casi no se practican. En esta posición, un niño no puede realizar la rotación del tronco activa y no puede cambiar su peso de un lado a lado por lo que es difícil llegar a los juguetes que están fuera de su alcance inmediato. Esto resulta un problema porque tal y como sabemos para que un niño mejore sus habilidades necesita tener la oportunidad de practicarlas. Por lo tanto es importante que los niños tengan la posibilidad de cambiar el peso del cuerpo y girar con el fin de desarrollar reacciones de equilibrio adecuadas.

Retraso en la motricidad fina

La postura en W-Sitting también puede desalentar a un niño en el desarrollo de su mano dominante. Como hemos dicho, en esta postura el niño no practica la rotación del tronco, y esto da lugar a el niño coja las cosas que estén a su derecha con la mano derecha y las cosas de estén a su izquierda con la mano izquierda, sin cruzar la línea media, lo que no ayuda a definir una de las manos como dominante.

Alteraciones en el sistema musculoesquelético

Finalmente debemos comentar que la postura en W-sitting puede llevar a toda una serie de riesgos a nivel muscular y óseo, que en algunos casos pueden generar problemas ortopédicos.

En esta postura las caderas se colocan en los límites extremos de la rotación interna y las rodillas en rotación externa.

Por lo que, en esta posición el riesgo de dislocación de cadera se convierte en una preocupación. Si el niño tiene displasia de cadera sentándose en el W-posición aumenta el riesgo de luxación enormemente.

También cuando existen ya alteraciones ortopédicas éstas pueden empeorar. Hay grupos musculares que se colocan en posiciones acortadas, lo que favorece su acortamiento permanente. Los músculos especialmente propensos al acortamiento son los isquiotibiales, aductores y el tendón de Aquiles.

Por otro lado, se ha visto que esta postura puede debilitar los músculos abductores, rotadores externos y extensores de cadera por elongación. Este hecho es algunos estudios han relacionado con la permanencia de exceso de torsión en fémur, lo que puede llevar a que el niño camine con pies hacia adentro. Esto también puede aumentar la probabilidad de dolor de espalda y de pelvis a medida que van creciendo

¿QUÉ DEBEMOS HACER LOS ADULTOS ANTE LA W-SITTING DE NUESTROS NIÑOS?

En primer lugar, saber que si los niños toman la postura por unos instantes no habrá daño alguno.

Sólo debemos actuar y preocuparnos si observamos una coducta postural sostenida en el tiempo.

Luego, ofrecerles sentarse de una manera tal que pueda seguir desarrollando su juego o actividad, por ejemplo, sentarse con los pies hacia adelante o "como indio". Será importante explicar al niño en un lenguaje simple que una postura inapropiada daña sus piernas y rodillas. Si lo recordamos cuantas veces sea necesario y lo asistimos, el niño logrará en un plazo corregir su posición de manera definitoria.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA:

  • Accadbled, F., Mansat, C., Cahuzac, J.P. (2007). Anomalías rotacionales de los miembros inferiores en el niño. EMC- Aparato locomotor.

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