CRÓNICA DE DICIEMBRE EN LOS JARDINES DE INFANTES
❤️Paso por la puerta de los Jardines en diciembre
y me doy cuenta del silencio…
Profundo, sin gritos, sin risas ni llantos,
que habita los patios, las salas y areneros.
Llega diciembre y un ejército de maestras
desarma salas,
guarda bloques, muñecos y sueños.
Llega diciembre y abundan las palabras,
de despedida,
de cierres,
algunos con sabor a “guardé esto dentro mío tanto tiempo”,
otros con sabor a gracias,
Y otros con sabor a dudas.
Llega diciembre, y con él el merecido descanso,
no de tres meses,
no señores, y como si en definitiva la cabeza de un docente pudiera resetearse
de todo lo que habitó su sala,
de los éxitos y fracasos,
las exigencias y los acompañamientos,
las nuevas infancias y la falta de herramientas,
la necesidad de mirar de nuevo,
y mirar bien, para ver si en este escenario actual,
tan imprescindible y desconocido,
hay algo que se nos está escapando.
Llega diciembre y todo esto pasa en ese jardín silencioso,
Donde las infancias se toman un recreo largo,
Donde los docentes descansan por un ratito
necesario, tan necesario,
para seguir descubriendo al año siguiente, con renovado compromiso,
que es en la escuela, y en el Jardín sobre todo,
donde se aprende todo lo necesario para poder SER❤️
Libertad para compartir (y etiquetar)❤️
Texto: Leila Daleffe
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