QUE TU INFANCIA SEA MÁGICA
Obra de Pablo Bernasconi
Nos llenamos de colores.
Los pinceles fueron nuestras armas para cambiar el mundo
y las hojas nuestros lienzos en blanco.
Nos sumergimos en un universo de palabras,
donde las letras danzan en constelaciones como estrellas,
dichas, escritas, escuchadas,
cantadas, percibidas, intuídas...
La valija de los cuentos al alcance de la mano,
para viajar sin pausa y sin prisa,
al país del había una vez
y colorín colorado.
El juego, un lenguaje necesario,
con forma de burbuja, bebotes, autos y bloques,
lugares inventados,
helados para vender,
y donde todos podemos ser quien querramos ser.
Nos permitimos muchos besos,
con sabor a sana sana
colita de rana.
Investigamos, aprendimos,
tocamos el mundo como quien abre los ojos por primera vez,
para verlo de una manera distinta,
un poco menos tirana.
Lloramos y reímos...
Callamos, gritamos,
susurramos en tubos de cartón llenos de poesía.
Nos enojamos y nos sacudimos
para que ese enojo no se quedara por mucho tiempo.
Sonaron canciones sin final,
de Hola, de hasta luego,
y de mañana volveremos...
Todo esto y mucho más,
en una galera que habitamos cada día,
sin varitas ni conejos,
sin trucos ni moralejas,
pero donde la magia se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Por más magia, más infancias mágicas, más Jardines de Infantes
que desaten la maravilla.
Leila Daleffe
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