¿En qué andás? En ARTEando...
"La señorita dijo que hiciéramos un dibujo. Yo dibujé un chancho violeta. Bien gordo y bien violeta. También había pensado en dibujar unas nubes detrás, pero mi chancho ocupó toda la hoja y apenas tuve espacio para ponerle el título subrayado: CHANCHO.
Mientras tanto la señorita iba mesa por mesa mirando los dibujos que hacíamos.
Castillos, princesas, superhéroes, flores, pajaritos y mi chancho violeta.
Felipe había dibujado una lechuza, y Andrea había pintado una casa con techo rojo y paredes amarillas, y un árbol con un tronco marrón y hojas verdes y sol amarillo y nubes celestes.
A mí me parecía muy aburrido, pero cuando la seño vio la casita, le dijo a Andrea:
- ¡Qué hermosura! Lo vamos a colgar aquí, en la pared de enfrente.
Yo enseguida pensé: si el dibujo de Andrea, que es tan aburrido, le parece una hermosura, cuando vea el mío se desmaya de emoción.
-¿Un cerdo? - preguntó.
-Un chancho- le dije toda contenta mientras terminaba de pintarle un poco de barro, porque a los chanchos les encanta el barro.
-¿No será un cerdito?
-No, seño. ¿No ves lo gordo que es?. No es un cerdito, es un chancho.
-¿Y violeta?
¿Qué me quería decir? ¿No le gustaba el color violeta a la señorita?
-Bueno. está bien- me dijo.
Pero no estaba nada bien.
La verdad era que mi chancho no le gustaba. No sé si no le gustaba porque no era un cerdito o porque era violeta.
Lo que estaba claro era que no le gustaba.
Me dio tanta rabia que se mne hizo un nudo en la garganta y casi lloro.
Pero no lloré."
Un nudo en la garganta
de Sandra Siemens.
Editorial SM
El ARTE. Niños artistas, museos, escuelas artísticas, casas con libros de arte. El arte en moda y en boca de todos.
Sin embargo la maravillosa historia del chanchito violeta del libro de Sandra Siemens podría ilustrar cualquier momento de expresión plástico visual en una sala o aula cualquiera. Podemos ser nosotros mismos la señorita que se entusiasma con la casa casi perfecta de Andrea, que ocupará el lugar especial en la pared, padres y maestros hemos caído y lo seguimos haciendo en la visión artística como una representación perfecta de la realidad.
Y aquí es como siempre, y ya lo hemos hablado en otras entradas, nuestra pesada valijita como niños, alumnos, docentes comienza a pesarnos a veces...
¿Habremos dibujado siempre superhéroes por elección? ¿La casita amarilla con techo rojo de nuestros sueños era nuestro deseo expresivo o respondía a la emoción desmedida de esa señorita y a la aprobación inmediata del adulto? ¿Cuántas veces habremos querido dibujar un chancho violeta y no nos lo permitimos?.
Todo lo que nosotros podemos hacer es comenzar a ver la belleza en esas expresiones artísticas no contaminadas de los niños, tratando de verlas con ojos vírgenes e ingenuos.
Soy una admiradora confesa de la pintura figurativa. Miguel Angel, Rafael, Goya, Velázquez. Cuando estudié Historia del Arte, la primera clase nuestro profesor nos propuso esta dicotomía:
El David.
Miguel Angel
S. XVI
La fuente. Duchamp. SXX
¿Cuál de las dos es ARTE?
Me llevó un tiempo entender la función DEMOCRATIZADORA del arte. Cuán pequeño hubiera quedado el mundo artístico relegado a genios cono Miguel Angel, Rafael, y otros maestros que tuvieron magia en sus manos. ¿Cuántos de ellos hubieran existido? Sin embargo, movimientos de Vanguardia nos acercaron esta posibilidad: todos podemos hacer arte, entendido como una expresión cultural, como una forma de comunicar, de decir...
La niña del chancho violeta tiene un espacio en la mirada democratizadora del Arte, quizá no sea la belleza renacentista de La Piedad, quizá no sea la casa perfecta con el árbol y el sol y las nubes y la idea de que dentro de esa casa todo es feliz y huele a pan recién horneado.
Les dejo aquí unas propuestas que he implementado en casa y en la sala para contribuir a la democratización del arte:
Exponer a los niños a libros, imágenes, de todo tipo de movimiento artístico. Dar un lugar a aquello que nos gusta, a nuestra valijita, pero también ampliar su universo con aquellos libros que jamás elegiríamos por nosotros mismos.
Dejemos libros de Arte al alcance de los niños, será maravilloso lo que despierte en ellos. Podemos intercambiar conversaciones interesantes después o bien plantear intercambios de ideas.
Entender el Arte de Vanguardia y la pintura abstracta como una excelente oportunidad para debatir y encontrar puntos de encuentro y miradas divergentes. Cuando miramos un cuadro figurativo, todos vemos lo mismo. Cuánta discusión fructífera podemos encontrar en relación a lo que vemos, por ejemplo...
V. Kandinsy.
Composición Ocho
1923.
Organizar una secuencia dentro de nuestros Proyectos de Arte donde los niños puedan elegir el material, herramienta, soporte para realizar su producción. Pueden ofrecerles algunas opciones y proponerles también usar el plano horizontal vertical, pintar parados o sentados. A estas actividades de mayor libertad las llamo habitualmente "YO PUEDO ELEGIR" y permiten a los niños tomar decisiones y a nosotros dejar un poco de lado la batuta y aprender a respetar sus elecciones.
Evitar actividades reproductivas. El trabajo con diferentes artistas está genial siempre y cuando no esperemos un Picasso en cada uno de nuestros niños. Sí podemos insistir en captar el estilo y algunas condiciones que presentan su obra, como para trabajar con los alumnos, y seguramente a a raíz de la exposición observaremos rasgos en sus producciones, lo cual no es lo mismo que reproducciones.
No olvidemos que visitar Museos de Arte en todo su abanico es siempre una excelente opción.
Mucha suerte, queridos colegas y padres amigos, en este camino de observación y disfrute del Arte como una expresión genuina y sin barreras a la que todos, por suerte, tenemos acceso...
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