El valor del Arte Local.
“El color no tiene fin. Cada color expresa un momento, una emoción y como yo quiero rendir homenaje a los colores aún después de muerto, pinté yo mismo mi ataúd con los colores argentinos por dentro, y por fuera con los siete del arco iris.”
BENITO QUINQUELA MARTÍN
No se trata de un capricho.
El arte tiene una fuerte tradición en nuestro país, incluso cuando no fue sino hasta findes del siglo XIX que se incorpora una academia. Nuestro país recibía esporádicamente visitas de pintores famosos, que en contacto con los artistas locales enriquecían las tendencias mundiales.
Al igual que en el resto del mundo, la pintura tuvo inicialmente en Argentina su consagración al culto religioso, o bien concentrada en transmitir la apariencia de las grandes personalidades de la alta alcurnia de las ciudades de nuestro país.
Muchas de las obras que hoy están conservadas en nuestros museos, y que ilustran gauchos, labores rurales y paisajes urbanos estaban destinadas a alimentar la curiosidad extranjera sobre personajes y territorios desconocidos.
La pintura argentina hasta fines del siglo XIX, buscaba, como en el resto de los movimientos mundiales, retratar la realidad y la figura humana con el máximo de precisión. Prilidiano Pueyrredón, miembro de la alta sociedad y educado en París, responde a la perfección a esta exigencia.
Con la invención de los dispositivos fotográficos, el arte se permite volar hacia otros horizontes, apareciendo lo abstracto, lo cubista, lo surrealista, lo expresionista.
Aparece el arte inmigrante, con Ernesto de la Cárcova y Eduardo Sívori, formados en el extranjero.
El arte argentino comienza a mirarse con otros ojos en el mundo. Cándido López retratando las batallas de una manera casi histriónica.
Entonces comienzan a sobrevolar otros nombres: Soldi, Quinquela, Berni…
El centenario de la Revolución de Mayo arroja sobre nuestra ciudad obras de todo el mundo, celebrándose una importante exposición de pintura y escultura. El espíritu nacional busca las costumbres gauchas y el paisaje. Aparecen los pintores de la Boca del Riachuelo, entre los que por supuesto se destacará Benito Quinquela Martín.
Desde la década de 1920, artistas bohemios que pasarán largas estadías en Europa, regresan con ideas alocadas de lo que el arte vanguardista presenta…
Así es como comienzan a resonar otros posibles encuentros con formas de producir…
Petorutti, Xul Solar, Del Prete, Spilimbergo, y tantos otros que participarán de procesos de democratización del arte en su difusión y producción.
Años después, Spilimbergo y Berni participarán del arte mural, un arte social y comprometido de la mano de otros artistas de renombre.
Con las dictaduras en nuestro país, los artes nuevos plagados de happenings, instalaciones y pherformances sufrirán un revés, al igual que sus autores.
La mordaza de la censura no tardará en llegar…
Pero naciendo la década del 80 y con la consolidación de la democracia, el arte en nuestro país renueva el sentido crítico, político y analítico de la realidad.
No es necesario mirar siempre hacia afuera para encontrar maravillas en el Arte.
Dentro de nuestro país, podemos hallar fuentes de inspiración para realizar maravillosas obras con nuestros alumnos.
¿Pensamos algunas?
Pensar en un Proyecto que aborde el cubismo como movimiento, viendo semejanzas y diferencias entre Petorutti y Picasso.
Armar murales dentro de las salas, o en las paredes del Jardín, inspirados en la idea de Berni.
Conocer el Teatro Colón con una visita virtual, explorando la cúpula de Soldi.
Conocer música local y encontrar puntos interesantes con las obras que observamos, por ejemplo el folclore y las pinturas de Molina Campos.
Realizar un recorrido pensando en Historia y en Arte, en las salas más grandes.
Muchas otras ideas que seguro se les irán ocurriendo.
Estaremos compartiendo más ideas, y sobre todo, en nuestro próximo seminario abriremos la valija cultural esta vez para realizar un viaje por nuestro querido país.
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