El desafío del lienzo en blanco.

Toda obra de arte parte desde cero.

Hay un lienzo, un trozo de mármol, un espacio vacío, incluso una idea que antes de ser idea es vacío.

Al principio fue vacío, porque el vacío es el puntapié necesario para crear.

¿No sintieron acaso alguna vez la sensación de llaneza, de nada, ese vacío que incomoda y a la vez convoca?

A principio de este año, el desafío del vacío estaba instalado en todos los ambientes de nuestra vida.

Una vida colmada de barbijos, alcohol en gel, distancias, ausencias, vacunas... y vacía...

Volvimos a las salas con un listado de protocolos que, a quienes ejercemos la profesión hace rato nos parecía más una condena que una salvación.

¿Sin abrazos?

¿Sin besos?

¿Distancia?

¿Sin compartir?

El vacío... Volvíamos pero no, queríamos pero no...

Aceptar que muchos de esos protocolos eran imposibles de llevar a cabo fue el primer aprendizaje.

Transgredir cuando fue necesario sin dejar de cuidarnos fue el segundo.

Entender que hay cosas que no eran tan imprescindibles como creíamos, el tercero.

Y la lista continúa.

Pero... ¡Ay, los docentes!

Si hay alguien capaz de crear en esa sensación de vacío es el docente.

Que todo lo transofrma, que todo lo adapta, que todo lo atraviesa.

Hoy vengo a proponerles abandonar un poco ese rótulo de superhéroes al que estamos acostumbrados.

Y reconocernos como verdaderos artistas. Cada vez que la vida nos ponga a prueba, pensemos que es una vez más el vacío del lienzo.

Salpiquemos, pintemos, construyamos. Si te sentís solo, podés pedirles a otros que te ayuden con su mirada amorosa y su perspectiva.

Este año ha sido una obra, parte de esa galería de arte que es nuestra vida. Si nos animamos a mirarla, veremos obras alegres como un Miró salpicado de estrellas, y otras oscuras como un Goya, o el misterio inaudito de Munch en "El Grito"

Pero en cada una de estas obra pudimos pincelar.

Vayamos terminando este cuadro y que nos reciba el 2022 con su maravilloso vacío.

¿Qué te gustaría que tuviera tu obra de arte?