EL ARTE DESPUÉS DEL ARTE
“Sólo hay una cosa valiosa en el arte: las cosas que no puedes explicar.” – Georges Braque
"Cuando fuimos al museo Quinquela, en el barrio de La Boca, todo era color y brillo.
El olor, la gente, me transportaba de inmediato.
Estaba absorta en medio de ese mundo pleno de arte e historia...
... hasta que la profesora dijo:
- Fíjense bien y saquen fotos porque luego vamos a trabajar esto en el aula.
En ese momento, todo se volvió un poco más vacío, aburrido, tristemente útil"
Este es un relato poético que hice de una anécdota de mi hija...
¿Es necesario pensar siempre el sentido utilitario del arte?
¿No existe el arte sin la actividad artística después?
¿Qué pasa con el arte después del arte?
Vamos a ensayar algunas reflexiones en voz alta...
A veces el arte nos atraviesa con algo tan enorme y de tanto peso, que lo mejor que podemos hacer como humanos y docentes es dejar que nuestra subjetividad se sumerja en ese viaje.
Cuando vamos a un museo, o a alguna muestra que nos conmueve, necesitamos un tiempo para "digerir", asimilar, disfrutar esa vivencia.
¡No me imagino obligada a hacer nada después!
¿Por qué insistimos en pensar que toda exposición al arte debe fnalizar con una actividad inmediata posterior?
Esto no implica que nada pueda hacerse, porque de hecho si hay algo que nos distingue es nuestra intencionalidad pedagógica, es decir, visitamos un museo con un propósito.
¿Cuál es nuestro propósito?
¿Por qué lo hacemos?
¿Es porque queremos que haya una bella producción en la carpeta?
¿Es porque estamos convencidos que somos agentes de distribución de la cultura?
¿Es porque somos garantes del acceso a la misma y buscamos enriquecer los procesos creativos de las infancias?
Puede haber una mezcla de todos ellos.
Lo importante como siempre, y diría que como todo en la vida, es... el tiempo.
Darnos tiempo para el disfrute.
Permitirnos la posibilidad de observar una obra de arte colgada en la sala sin preguntas.
Armar un escenario artístico sólo por sumergirnos en la belleza de la propuesta artística.
Visitar un museo, espectar, dejarnos movilizar...
Y luego, queridos colegas, luego la magia...
Cuando decidamos llevar adelante nuestras propuestas, lo vivido no habrá desaparecido.
Solamente vendrá con más fuerza a inspirar el encuentro y la confianza en las propias capacidades creativas.
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