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Dejar o no dejar los pañales... esa es la cuestión.



Es insólito pensar que un niño deja los pañales “solo”.

Normalmente, cuando un niño deja los pañales o se aproxima el momento de hacerlo, también lo hacen sus padres, sus abuelos, y hasta sus docentes.

Todos comenzamos a transitar un camino arduo, cuando se acercan los dos o tres años, y los padres se acercan con la inquietud de “dejar el pañal”.

Normalmente toda reunión de inicio nos encuentra hablando sobre este tema, o bien como padres, preguntando sobre este tema.


Es que dejar los pañales no es un tema menor.

Dejar los pañales es uno de los hitos más importantes en el crecimiento de los niños, síntoma de un bebé que ya se ha transformado en un infante más autónomo y actor de su realidad.

Podríamos inundar esta entrada de Blog de bibliografía la respecto. Mucho se ha dicho, mucho se ha discutido y poco se ha acordado en relación al momento exacto en el que “debemos dejar el pañal”.

Lo que si es fundamental es diferenciar en este proceso el “control de esfínteres” con el hecho concreto de “dejar el pañal”. El pañal se deja. Se va. Es quizá una toma de decisión más pragmática que teórica. Ahora bien, “controlar esfínteres” es un proceso que suele darse por finalizado alrededor de los 6 años. Aquí se conjugarán muchos otros aspectos relativos a la fisionomía, las emociones, la seguridad. Aspectos más complejos que un simple adiós al pañal.

Si logramos entender el peso de este proceso, podremos acompañar con mayor tranquilidad las regresiones o variables que se produzcan en él.

Dejar los pañales… ¿Se espera, se enseña o se aprende?

Alrededor de los dos años los niños generalmente ya están en condiciones de afrontar este cambio.

Entonces viene la pregunta… ¿Cómo hacemos?

La realidad es que muy rara vez el niño decide por sí solo abandonar el pañal.

Es el adulto responsable y significativo el que tomará la decisión, evaluando la madurez del niño y acompañando por ende el proceso. El adulto comunicará la niño que ha llegado el momento, una opción interesante es ir juntos a comprar ropa interior que le guste y hacerlo partícipe de esta decisión.

Pero sacar el pañal no es más que eso: es una decisión que se aborda y se enfrenta. Cuando sacamos los pañales, se van para nunca más volver. Nos haremos cargo de cuanta consecuencia esto implique (ropa mojada, alfombras inundadas, salidas truncas, etc.) y acompañaremos al niño en el camino que se inicia y que como antes dijimos enfrenta un cierre aproximadamente a los 6 años.

Desde el punto de vista práctico, habitualmente en dos o tres semanas los niños comienzan a manejar la situación de ausencia del pañal y concurrir al baño, ya sea pidiendo o siendo llevados por sus adultos a cargo.

Ahora bien, podremos tener en cuenta algunas pautas, considerando que dejar el pañal es:

  • El resultado de un proceso que tiene idas y vueltas, no es lineal y admite, desprolijidades, como todo aprendizaje nuevo que intentamos.

  • Un paso de suma importancia en el desarrollo mental, emocional y social del niño.

  • La primera vez en que el niño toma la decisión de no dejar libre curso a la satisfacción de sus necesidades.

  • Hacerse cargo de la incomodidad de la tensión que significa controlar

  • Asimilar la ley de los adultos para integrarse al mundo e ingresar a su cultura. O sea, aceptar que hay reglas básicas y conductas que como papá y mamá esperamos de él o ella.

  • Darse cuenta de sus necesidades, querer y ser capaz de controlar sus esfínteres hasta que encuentre el lugar conveniente e indicado.

  • Un proceso que da la oportunidad de mirar al niño y a la niña y revisar el vínculo familiar hasta el momento.

  • Crecer

Los pañales de transición.

Son pañales. Cualquiera sea su marca. Podrán subirlos y bajarlos, pero sentirán el pañal presente.

No permiten al niño registrar la sensación de incomodidad al ensuciarse y por lo tanto no tendrán necesidad de pedir ir al baño.

Es preferible contar con mudas de ropa, toallitas húmedas para facilitar la higiene y “apechugar” la decisión remando todos para el mismo lado.


La postura del Jardín de Infantes.

Los padres preguntan: ¿Se enseña en el Jardín a dejar los pañales?

Pues no.

Los pañales se dejan en casa. El docente acompañará el proceso como un protagonista más, llevando al baño, higienizando si está autorizado, felicitando los logros…

Lo cierto es que aunque en el Jardín no se enseña a dejar los pañales, no hay un contenido explícito que así lo refiera, sí nos dedicamos a fomentar la autonomía, la autoestima, la autogestión. Nos dedicamos a potenciar en nuestros alumnos habilidades relacionadas con el autononocimiento y la confianza en sus capacidades para resolver diferentes situaciones. Entonces desde esta mirada es importante para el Nivel Inicial que la familia se comprometa a iniciar el proceso de control de esfínteres entre los dos y tres años.


Recordemos juntos que es importante:

  • Que sean respetadas sus iniciativas.

  • Confiar en sus capacidades.

  • Respetar los ritmos propios de desarrollo.

  • Sentirse "sostenidos" y "contenidos" por redes de seguridad afectiva con relaciones estables, continuas, cálidas.

  • Ser acompañados con empatía comprensiva en sus esfuerzos.

  • Respetar la iniciativa de asumir la responsabilidad que los posicione cada vez más satisfactoriamente frente a lo esperado por los adultos

  • Poseer lenguaje comunicacional. (poder ser entendido)

  • Tener noción de su esquema corporal básico. (brazos, piernas cabeza panza, cola, etc.)

  • Fomentar progresivamente la habilidad para subirse y bajarse el pantalón, calzoncillo o bombacha solito o solita.

Algunos datos para tener en cuenta

  • Es importante tratar de utilizar el inodoro directamente, ya que los adaptadores y pelelas son bastante antihigiénicos y generan una incómoda dependencia.

  • Por lo general comienzan a controlar primero de día y luego de noche.

  • Por lo general se controla primero la orina y luego las heces.

  • Las nenas suelen lograr el control un tiempo antes que los varones.

  • El 90% de los niños controla esfínteres entre los 2 y 3 años sin necesidad de ser entrenados.

  • Ante cualquier situación especial es esperable que se den retrocesos

  • ACOMPAÑARLOS ES ESTE PROCESO ES LA MEJOR MANERA DE DEMOSTRARLES LO IMPORTANTES QUE SON PARA NOSOTROS Y DE DECIRLES "AQUÍ ESTOY CON VOS"

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