Arte comprometido
El arte también tiene la posibilidad decir, y de ser escuchado cuando las palabras no alcanzan.
La obra del artista ambiental Gonzalo Álvarez es contundente. El arte permite encontrar la comunión entre el decir y hacer.
Nuestro planeta nos pide ayuda a gritos, sómos capaces de escucharlo?
Por eso es importante....
Propiciar situaciones de enseñanza que permitan al niño/a observar algunas situaciones y acciones del hombre que comprometen la vida en nuestro planeta, para que se inicie en el reconocimiento de los efectos que ellas producen construyendo progresivamente una actitud de interés, respeto y cuidado hacia el medio natural.
Presentar propuestas pedagógicas orientadas a que el niño/a pueda indagar acerca del uso indiscriminado de recursos por parte del hombre, para que reconozca con la orientación de sus docentes el valor de los recursos naturales y la importancia de realizar un uso moderado, conciente y respetuoso de los mismos.
Brindar un espacio de intercambio que permita al niño/a establecer algunas hipótesis y arribar a ciertas conclusiones simples con la orientación de sus docentes, para que pueda poner en práctica estrategias y hábitos de cuidado del ambiente comunicando a su entorno más cercano lo indagado.
La irresponsable administración de la Tierra por el ser humano ha causado en el siglo XX la desaparición de 53 especies de aves, 68 especies de mamíferos y más de 600 animales varios. Las situaciones críticas de nuestro planeta no son un nuevo fenómeno. A lo largo de la historia, el hombre se ha enfrentado a la problemática ecológica asumiendo posiciones que hasta el momento no han derivado en cambios sustanciales. La educación no ha estado exenta, procurando desde el espacio escolar desarrollar en los niños/as aprendizajes que puedan cambiar de manera radical la actualidad comprometida de nuestro planeta.
No es válida una enseñanza mecanizada tendiente a la incorporación de términos que pronto se olvidan, el niño/a poco puede recordar si no es capaz de vivir el camino del aprendizaje, involucrarse de manera significativa. Es necesaria la revisión conjunta de la escuela, del niño/a con su entorno familiar de los hábitos y costumbres que como sociedad amenazan la vida de las futuras generaciones, pudiendo dar un vuelco hacia un estilo de vida con conciencia ecológica. El niño/a que aprende y comparte lo que ha aprendido, aprende doblemente. La familia que escucha a su hijo/a aprende junto con ellos.
La iniciación de los niños/as hacia esta mirada crítica, constructiva y aguda respecto a las acciones de los hombres (léase hombres como todos nosotros, los que habitamos el planeta) permitirá comenzar a sentirnos capaces de cambiar las cosas.
Muchos dirán que uno solo no puede hacer nada… ¿Pero qué tal si cada uno de nosotros hacemos nuestra parte? ¿Acaso un granito de arena en el mar no hace que ese mar ya no vuelva a ser el mismo? En algo lo habremos cambiado.
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