La expresión artística y la Teoría de las Inteligencias Múltiples
“Las nubes vienen flotando a mi vida, ya no para llevar la lluvia o la tormenta, sino para agregar color al cielo de mi atardecer.” Rabindranath Tagore
En su libro “Frames of Mind”, publicado en 1983, Howard Gardner presentó su teoría de las inteligencias múltiples, que destaca su perspectiva multicultural respecto de la cognición humana.
Las inteligencias son lenguajes que hablan todas las personas y se encuentran influenciadas, en parte, por la cultura a la que cada uno pertenece.
Constituyen herramientas que todos los seres humanos pueden utilizar para aprender, resolver problemas y para crear, ofreciendo así valiosos productos dentro del propio ámbito cultural.
¿Cúales son esas ocho inteligencias?
Inteligencia lingüística.
Inteligencia lógico – matemática.
Inteligencia espacial.
Inteligencia corporal - quinestésica.
Inteligencia musical.
Inteligencia intrapersonal.
Inteligencia interpersonal.
Inteligencia naturalista.
Cuando trabajamos el área artística por sí misma, nos abocamos principalmente a potenciar el desarrollo de las siguientes áreas:
Inteligencia corporal – quinestésica: Es la capacidad para usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos, la facilidad para el uso de las manos en la transformación de objetos. Incluye habilidades de coordinación (importancia de la coordinación óculo – manual), percepción (de objetos, espacio, etc.) y habilidad en la utilización de diversos materiales concretos.
Inteligencia Espacial: Es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, producir o decodificar información gráfica.
No obstante, el trabajo en el área es tan intenso que dejará sus huellas en el autoconocimiento y la mirada introspectiva y la forma de comunicarse con el mundo (intra e interpersonal), relacionándose con nuevos lenguajes y códigos, con lógica incidencia en la función semiótica y en los niveles de representación interna (lingüística y lógico – matemática) y observando en muchas ocasiones el entorno natural, sus componentes y modificaciones (inteligencia natural).
Poco resta por decir entonces acerca de los beneficios de contar con un proyecto artístico de valor propio, reconociendo los aportes que el arte realiza al resto de las áreas y no supeditando el arte como herramienta al servicio de las mismas. Si bien es una propuesta válida para fijar nociones cognitivas, debe haber en el nivel inicial un espacio para el goce estético por la creación, brindando al niño un ambiente de estímulos que despierten su capacidad perceptiva, sensitiva y expresiva.
La Expresión Plástica es un medio por el cual los niños se expresan y comunican sentimientos, ideas y actitudes. Crean y representan el mundo que los rodea y el mundo de la fantasía, en imágenes bidimensionales y tridimensionales.
Aprenden a captar mediante la observación la riqueza del entorno, perciben lo que cada objeto y ambiente les transmiten, construyen desde su propia práctica; seleccionan, coordinan y organizan los elementos significativos de su medio natural y social.
La actividad artística inicia a los niños en la comunicación visual, posibilitándoles a través de este lenguaje el intercambio con los otros, ya sea como emisores o receptores.
Es un área rica en procedimientos y actitudes, que serán de suma transversalidad en otras áreas, cuando un niño aprende, por ejemplo, a observar y respetar las producciones de sus pares. Cuando un niño perfecciona su motricidad fina, su movimiento en pinza, lo aplicará también al escribir números y letras y en otra infinidad de eventualidades de la vida cotidiana escolar y extra escolar.
Siendo partícipes de una mirada actual que prioriza las habilidades como herramientas para construir cualquier aprendizaje, podemos deducir:
La importancia de las habilidades perceptivo – cognitivas, motrices, entre otras, que aborda el área y que servirán para la posterior construcción de otros aprendizajes.
La importancia del espacio que brinda para la estimulación de la autonomía y la autogestión.
La inteligencia concebida entonces como la capacidad de utilizar esas habilidades en el aprendizaje y en la creación de productos valiosos para la sociedad. Recordemos el acento que pone el Proyecto Institucional en que el individuo devuelva de alguna manera lo que de la sociedad toma al formarse.
La importancia de considerar Proyectos relacionados con el lenguaje artístico se relaciona de manera directa con la aceptación de la diversidad. Saber que no todos los niños tendrán su potencial radicado en las áreas consideradas "tradicionales" (la matemática, por ejemplo) implica ofrecer una variedad de experiencias significativas para que cada uno de ellos pueda, en definitiva, encontrar su lugar creativo en la escuela y posteriormente en la sociedad.
Como cierre sólo resta decir que si se define inteligencia como esa capacidad de resolver problemas o elaborar productos valiosos en el ámbito cultural, el espacio para la exploración, la expresión y la creación estética es algo que, definitivamente, no debe subestimarse.