La relación con las familias: tender un puente.
“Estimados padres: sabemos de lo difícil de su tarea, porque vivimos en el mismo mundo y porque muchos de nosotros también criamos hijos. Sabemos que, como nosotros, hacen lo mejor que pueden por ellos y les agradecemos la confianza que nos demuestran al entregarnos a esos chicos, que son el fruto de sus esfuerzos y afanes. Queremos que sepan, también, de las dificultades de nuestra tarea: así como cada uno de ustedes se desvela por sus hijos, nosotros debemos cuidar, instruir y formar a muchos niños, de muchas familias diversas, tratando de que puedan convivir pacíficamente, pese a sus diferencias, y prepararse para afrontar luego los desafíos de la vida adulta.
Sabemos también que vivimos tiempos difíciles, de mucha diversidad y confusión, en el que a veces lograr un mínimo acuerdo resulta una tarea fenomenal. Por tanto, no podemos asegurarles que no habrá problemas, pero sí que nos ocuparemos de ellos con lo mejor de nosotros mismos.
Por eso, porque sabemos estas cosas, queremos decirles que los necesitamos, que los necesitamos como socios, como colaboradores en esta dura pero hermosa tarea de educar.”
Lic. Rolando Martiñá
La familia es el ámbito natural de desarrollo de los menores, tal como recoge la Convención de Derechos del Niño de las Naciones Unidas (1989).
La relación familia – Jardín es particular, puesto que el Nivel Inicial emerge habitualmente como el segundo e inmediato lugar donde se producen los aprendizajes fundamentales en el niño pequeño.
La familia es una institución que influye con valores y pautas de conducta a partir de los padres, los cuales van conformando un modelo de vida para sus hijos, delimitando normas, costumbres, valores que debieran contribuir a la madurez y autonomía de sus hijos.
La complejidad de la realidad actual escapa a este modelo único y esto repercute en la vida del niño, conllevando a problemas relacionados con límites, convivencia, baja tolerancia a la frustración, y posteriormente a problemas más graves relacionados con el rendimiento, fracaso escolar y violencia.
La familia ha demostrado históricamente ser el núcleo indispensable para el desarrollo de la persona y su crecimiento.
¿Y la escuela frente a la familia?
El niño comienza su trayectoria educativa en la familia y la escuela lo complementa a través de su especificidad pedagógica. Por lo tanto familia y escuela son dos contextos próximos en la experiencia diaria de los niños.
Esto exige un esfuerzo común para crear espacios de comunicación y participación que den coherencia a esta experiencia cotidiana.
Anteriormente existía un acuerdo tácito que ponía a los adultos de un mismo lado a la hora de establecer y hacer cumplir ciertas normas. Este principio ya no existe y debemos reconocer la crisis en el principio de autoridad.
¿El problema está en la casa?
¿El problema está en la escuela?
Lo que esperan unos y otros...
Muchas familias esperan que la escuela los reemplace, consolidando en sus hijos actitudes y comportamientos socialmente adecuados, a la vez que les enseñe los pertinente, los contenga en sus problemas y los prepare para la vida.
La escuela, sobre exigida, les reclama a los padres que les envíe niños suficientemente socializados, con normas básicas incorporadas respecto a responsabilidades, límites, respeto por el otro. A su vez, necesita ser reconocido en la autoridad dentro de la vida del niño.
“Se encontrarán con niños criados según diferentes pautas, con mandatos a veces opuestos acerca de los derechos y deberes, sentido de la responsabilidad por los propios actos, formas de afrontar y resolver las diferencias, etc. El estado de conflicto y tensión latente parece inevitable.
Siendo así las cosas y salvo que alguien se considere iluminado por la luz de la verdad absoluta, parecería que la opción aconsejable es colaborar. Colaborar en la búsqueda conjunta de respuestas razonables a los cada vez más complejos problemas que nos plantea la crianza y la educación de los niños”
Martiñá, R. “Familia y Escuela ¿socios o rivales?
Por eso será importante tender puentes
Evitar la culpabilidad. Si usted hubiera… o tendría que… Personalizar es afirmar “el problema es usted”. Asumir la co-responsabilidad buscando en el diálogo la forma de plantear, mirar y definir el problema y abordar una posible solución conjunta.
La negociación actual de fronteras entre padres y escuela puede ser a menudo hostil, y en ocasiones ausente. Cada caso debe ser analizado particularmente, evitando la confrontación.
Hay opciones cotidianas para mejorar el vínculo, entre ellas:
- Una buena comunicación, abierta y eficaz.
- Una adecuada visión de los roles que corresponden a cada uno.
-Un intercambio grato, correcto, que promueva la participación familiar en el ámbito educativo