A lo Kandinsky... (Parte I)
"Es bello lo que procede de una necesidad interna del alma"
Vasily Kandinsky nació el 16 de diciembre (en el antiguo calendario ruso: 4 de diciembre) de 1866, proveniente de una familia de clase media alta.
Junto con Picasso, Kandinsky encarna la metamorfosis del Arte. Desde sus comienzos en las Academias hasta su paso por la Bauhaus, atraviesa el camino de lo figurativo a lo abstracto, de lo real a lo empírico, de lo exclusivo a lo democrático...
A partir de 1911, Kandinsky va a eludir la realidad de sus cuadros en pos del cromatismo, la abstracción y el movimiento. En los años siguientes su obra se suele agrupar en tres categorías:
Impresiones: inspiradas en la naturaleza.
Improvisación diluvio, 1913
Improvisaciones: Poco a poco vamos viendo en su obra un proceso de limpieza, en el que se eliminan las formas naturalistas. Así, por ejemplo, una montaña se convertirá en una curva con un vértice lanzado hacia el cielo o un río se trastocará en una imprecisa forma sinuosa. Cuadros cada vez más difíciles de analizar en clave realista, pues en ellos es el color y la línea lo que predomina sin detenerse en cuerpos, sino como búsqueda de una expresión libre, una vía abierta en la búsqueda y exposición gráfica de emociones interiores.
Composiciones: en la que ahonda en lo intuitivo desde el máximo rigor compositivo. Unas composiciones que si bien a partir de 1920 vemos como se van a ir llenando de formas precisas (abstracción geométrica) en su primer momento, que corresponde a la abstracción lírica, estarán creadas a partir de colores y formas libres, orgánicas, sin apenas geometría, jugando con ellos hasta conseguir sinestéticas obras musicales.
Composición IV, 1936
Es que como hemos sostenido a lo largo de otras entradas, es el Arte moderno con su despojo de formas preconcebidas y su imperfecta unión de colores una manera de ver la expresión artística como un Patrimonio de la Humanidad.
En la pintura abstracta, la obra de arte se convierte en una realidad autónoma, sin conexión con la naturaleza y, como consecuencia, ya no intenta representar hombres, paisajes, casas o flores, sino simplemente combinaciones de colores que intentan expresar una necesidad interior de significar.
"El artista debe ser ciego frente a la forma reconocida o no, del mismo modo que debe ser sordo a las enseñanzas y los deseos de su tiempo", sostiene Kandinsky, y se eleva en el plano desafiando a los exclusivos pintores de todos los tiempos.
¿Por qué consideramos entonces fundamental el abordaje de este pintor en el Nivel Inicial?
Antes que nada, porque representa la imaginación por sobre lo concebido, dando origen a debates, sugerencias, lo subjetivo por sobre lo objetivo...
Será internaste tomar nota de aquello que nuestros alumnos observan y dicen, y resaltar principalmente la divergencia en la mirada y el respeto por la percepción del otro. Esta instancia no sólo será fructífera en sí misma sino que trabajar con esta aceptación dará frutos en todas las áreas, sabiendo que las habilidades y actitudes trascienden al contenido.
«Todo se volvía claro… la descripción de los objetos perdía todo sentido…
en el cuadro sólo quedaban los colores: un abismo se abría a mis pies»
Actividades Sugeridas
Averiguación de los datos biográficos del autor.
Realización de una línea de tiempo en dos versiones: datos escritos relativos a su vida y línea de tiempo con la evolución de sus obras en cada período.
Observar obras, seguir las formas con el dedo, por ejemplo... ¿A dónde se pierde el azul?
Invención de un cuento a través de algunas de sus obras.
Descubrir formas ocultas en las obras. Calarlas con punzón y colocar papeles detrás.
Componer a partir de diferentes materiales, por ejemplo, tapas, reglas, lanas. Intentar rescatar siempre el espíritu creativo y no buscar la copia textual.
En la próxima entrada de Kandinsky, nos sumergiremos en su sinestesia, o sea, su capacidad de plasmar en la obra música, cuerpo y movimiento a través del color y la forma.