Leer los ayuda a crecer
Leer a los niños implica aprende a valorar la literatura como fuente de enriquecimiento personal y goce estético
LA LITERATURA EN LA PRIMERA INFANCIA
La literatura satisface la curiosidad infantil en diversos campos, y de esta manera puede reunir muchas de las disciplinas que constituyen el campo de aprendizaje.
La lectura debe comenzar a ser sugerida lo más pronto posible en el proceso de formación del individuo. Los padres son los primeros motivadores del niño: el adulto que arrulla al pequeño con canciones tradicionales, que juega utilizando historietas, adivinanzas, rimas y expresiones de nuestro folclore, que hojea una revista o un libro, está colaborando –y mucho- a la formación de una actitud positiva frente a la lectura.
El hábito se forma desde temprano, muy temprano, requiriendo una disposición duradera. Sólo la educación puede formar buenos hábitos frente a la lectura.
Como no se trata de un acto instintivo, es preciso que desde el comienzo se dé al aprendiz de la lectura el objeto para leer (un libro, revista o periódico), respetando su nivel de aprendizaje.
La mejor manera para ayudar a sus niños a ser buenos lectores es que se LES LEA, aunque ellos sean muy pequeños. Cuando los adultos leen en voz alta, los niños aprenden rápidamente que un libro es UNA MARAVILLA.
Leerles a los niños tempranamente, aún antes de que puedan discernir el significado exacto de las palabras, no sólo sirve para crear futuros lectores sino que también les sirve, en lo inmediato, para ampliar su vocabulario y enriquecer el universo de sus ideas.
En los libros los niños encuentran un mundo sorprendente que dispara su imaginación.
CÓMO SELECCIONAR UN LIBRO PARA SUS HIJOS.
¿El tema le interesa a su niño? Si a su hijo le interesan los camiones, los insectos o las hadas, esas son buenas opciones para comenzar. Pero no se prive también de elegir temas que le gusten a usted, ya que lo mejor de leer juntos es compartir temas que les gustan a ambos.
¿Son lindas las ilustraciones? A los niños les encantan las pinturas, los dibujos, las fotos, y aún así no es necesario que un libro para niños esté lleno de colores brillantes.
¿El lenguaje es atractivo? No es necesario que el lenguaje sea exageradamente simple. Basta con que se incluyan suficientes palabras que los pequeños puedan reconocer y que, al mismo tiempo, vayan incorporando nuevos significados. Hasta los más pequeños disfrutan de las rimas, los versos y los textos musicales.
¿Qué valores promueve? Al examinar un libro pregúntese qué dice acerca de la vida, la amistad, los sueños, la fantasía. Los libros con historias pacíficas pueden ayudar a contrarrestar las imágenes violentas a las que los niños están expuestos con la televisión.
CÓMO NARRAR UN CUENTO A SU PEQUEÑO.
“La narración toca un punto en el alma”
Jean Bernard
Un cuento debe, ante todo, maravillar al niño.
Respete el ritmo del niño, adecúe la lectura al estilo y período de atención de su hijo.
Sea creativo: el adulto que narra debe apoyarse principalmente en su actitud, imprimirle sentimiento, misterio. Agregue efectos especiales, hágale dar saltitos suaves en su falda mientras le cuenta cómo cabalga el caballo, y cuando cuenta cómo la ardilla sube al árbol puede hacerle cosquillas por sus bracitos.
Lea “a dedo”. A los niños les encanta que les señalen cosas y señalar.
Lea muchas veces el mismo cuento. Los niños adoran la repetición.
EL TIEMPO PARA LEER.
El momento de la lectura puede incorporarse a la rutina diaria. Elija un lugar cómodo, como el sillón o almohadones, con una luz clara pero no fuerte.
Intente seguir esa rutina. En el momento de la lectura tiene que haber una entrega.
¿Por qué los narradores se sientan en el piso para leer? Porque tienen TIEMPO. Nadie puede imaginar a un abuelo leyendo un cuento parado y mirando el reloj para irse. “Desde el momento que se plantea el problema del tiempo para leer es porque no se tienen ganas” escribe Daniel Pennac. Debemos expresar ganas y disfrute en el momento de lectura.
ABRIENDO CAMINOS HACIA EL LIBRO.
Debemos recuperar la tradición oral., reinventar la hora del cuento, contar historias que implicarán afectivamente a sus oyentes.
La lectura en voz alta por parte del adulto emisor, es quizá el mejor método de animación a la lectura que se haya inventado jamás. La narración oral entraña un vínculo afectivo entre contador y oyente, que condicionará al receptor y lo conducirá irremediablemente al libro.
POR QUÉ LEERLE A LOS NIÑOS.
Da seguridad a los niños desde lo afectivo y vincular.
Prepara para una lectura entre líneas.
Cambia el estado de humor.
Ayuda a separar lo real de lo ficticio.
Educa para el placer fonético, es decir, a perderle el miedo a “no entender”, que es uno de los temores que alejan a los niños pequeños de la lectura.
Ayuda a desarrollar formas variadas de expresión.
Lo invita a experimentar nuevas y ricas ideas.
Dispara su imaginación.
Permite a padres y niños discutir sobre las historias leídas.
Los inicia en la identificación de letras y palabras.
Amplía el significado de dichas palabras.
Les permite comparar historias ficticias e historias reales, vividas por ellos mismos.
Fomenta la invención de propias historias.
Desarrolla la capacidad receptiva.
Una cosa es segura: El impacto de los primeros cuentos es para siempre. Las historias favoritas incorporadas por los niños los acompañarán toda la vida y serán disparadores de los cuentos que, en un futuro, ellos les leerán a sus propios hijos.
“La narración permite vehiculizar enseñanzas, estrechar vínculos y encauzar sentimientos, afianzando en el niño la capacidad de escuchar, antesala del pensar”
Pastoriza de Etchebarne.
EL ESPACIO DE LA LECTURA EN LA FAMILIA.
Es importante que los padres cuenten con libros en sus hogares para que los niños puedan escoger sus textos preferidos.
Los padres deben fijar una hora para leer, por ejemplo, antes de ir a la cama.
Los niños también tomarán una imagen positiva si ven que sus padres están leyendo con mucho entusiasmo.
Cuando los padres llevan libros de una librería para ellos y sus ñoños, dan muestra que la lectura es en sí muy importante.
NO OLVIDEMOS QUE…
Los cuentos tienen la virtud de constituir un medio que unifica a la HUMANIDAD.
En su ámbito de ficción, los niños hacen suyas alegrías, temores, emociones, hechos reales o imaginarios que personifican otros.
Entre maestros y alumnos, padres e hijos, unos y otros, se van plasmando formas positivas de encuentro.
Poesías y cuentos se constituyen en campos de interacción, de juego común, donde surge la espontaneidad, se alumbra el sentido de las cosas y brota naturalmente la belleza.